25.10.10

Enclave del secreto


La lectura de Hamlet en lengua vernácula fue una experiencia gozosa. Mas allá de la dificultad evidente (mas por la estructura que por el léxico), resucitó la misma sensación que clásicos de pelaje tan variado como Casablanca o Edipo Rey. Puntualmente, la economía de recursos como sello último de maestría.

Soy insoportable como copiloto cuando veo películas que amo. Mas aun (y esto es grave) si estoy introduciendo a un tercero a la obra en cuestión. La ya mencionada Casablanca es un ejemplo. Mi comentario repetido es "fijate que película pequeña". Lo acotado del entorno, de la trama, de los personajes, es justamente donde se evidencia la excelencia. Lo poco que sabemos de Ilsa y Rick es suficiente para trazar la historia necesaria. No la completa, no la que nuestra curiosidad morbosa pide, sino la que los mecanismos del arte exigen.

El mundo cinematográfico se empeña hoy en día en explicar sistemáticamente a sus personajes. El síntoma mas claro: las precuelas. Ceder al hambre vulgar del espectador de saber siempre mas es traicionar un poco la obra. Aun siendo una película rescatable, Dragón rojo pervierte la tradición de una obra maestra como El Silencio de los inocentes. Los formatos comerciales (los cómics, las series de televisión, algunas sagas de ficción) pierden valor justamente por estar forzados a seguir participando, a mantener al lector constantemente nutrido de repeticiones incesantes de la obra. La mayoría de estos formatos sufren ademas de una doble trampa para con el autor: si no es el quien satisface estos requerimientos, alguien mas lo hará. Poderoso caballero y todo eso.

Como dijo alguna vez un amigo, sintético el: Cervantes nunca se vio forzado a escribir El Quijote 3: La Venganza.

17.10.10

Derecho y privilegio

El debate por la ley de matrimonio gay fue de a ratos un intercambio pobre y reducido, una especie de catalogo de falacias informales. Mas alla del desenlace satisfactorio, cabe mencionar algunos de los dislates que sonaron en estos meses de exaltacion.

Un argumento que se escucho mucho durante los dias de mayor ardor fue que el matrimonio gay disminuia o quitaba valor al matrimonio heterosexual. No interesan tanto los aspectos discriminatorios del razonamiento, sino su estructura de fondo en lo que hace a nociones sociales y politicas basicas.

Bajo una concepcion de sociedad basada en la libertad, la ampliacion de un derecho a un grupo mas numeroso jamas puede disminuir el valor de dicho derecho. Podriamos decir mas: las posibilidades que disminiyen su valor al ser participadas por un grupo mayor son mas bien privilegios que derechos.

Esto no implica, como ya escucho retrucar a algunas astucias, que un derecho no pueda tener requisitos. Que a partir de un requisito restrinjamos un derecho no es equivalente a fomentar desde la estructura su escasez, su valorizacion a traves de la rarefaccion. Cabe mencionar que aquellos oponentes del matrimonio gay que eligieron este camino metodologico no van a por buen puerto. Es bastante dificil justificar un requerimiento de heterosexualidad para el matrimonio fuera de preceptos religiosos (que no tienen demasiado lugar en una sociedad laica).

Una sociedad libre debe intentar en todo momento la extension de la mayor cantidad de derechos posibles a la mayor cantidad de ciudadanos; una sociedad libre intenta constantemente extender los margenes de la libertad dentro de sus posibilidades materiales e historicas. Solo una sociedad de la restriccion, una sociedad que podemos llamar represiva plantea como derechos posiblidades cuyo valor se centra en la exclusividad.

Una sociedad represiva confunde derecho y privilegio.