3.10.11

Pacateria y perversion

Es casi un reflejo hoy por hoy la defensa encendida del libertinaje, amparada en nociones infantiles y poco digeridas de libertad y represion. Demasiado divan quizas, demasiadas pocas ganas de escapar a la ortodoxia progresista y aceitar los rulemanes del craneo.

Los actos del sexo y el erotismo no pueden juzgarse en si mismos. Las diferencias mecanicas y funcionales entre ellos, despreciables todas, no justifican la puntillosa escala moral en la que algunos trasnochados intentan ubicarlos. Los actos del sexo y el erotismo solo pueden ordenarse pensandolos como parte de un sistema de oposiciones, en el sentido mas estructuralista de la palabra. Lo que son, en todo caso, se define por lo que no son, por lo que excluyen.

La perversion no es una categoria absoluta ni una encuesta popular, sino una dinamica intima configurada por lo que sucesivamente mostramos y ocultamos. No censuramos el libertinaje por pacateria oscurantista, sino justamente para preservar la posibilidad de perversion. Aquellos actos del sexo y el erotismo que reprimimos y ocultamos en ocasiones son los mismos que podemos desembozar a voluntad, siguiendo las reglas del capricho y el juego.